Brisa, sal, espuma y sonido, todo el esplendor del mar condensado en esta exhibición marina, única, en la Galería María Porto, de esta polifacética profesora plástica para dar la bienvenida al verano y reivindicar la serenidad vital del espíritu con su oceánica pintura. Hasta el 6 de agosto
Sumergirse en otra profunda realidad, para mimetizarse con ella y dejarse mecer por el compás de las olas vitales como una evasión, es quizá la marea creativa que motiva ésta muestra de Amelia García Escoda, descubierta en redes sociales.
Desconocida para muchos hasta la fecha, ahora se da a conocer, más si cabe, con este individual bautismo para la referente Galería María Porto: embajadora de largo de y del Arte, más de 30 años en emblemáticos templos de la capital, avalan su trayectoria.
En “Alma de Mar” asistimos al desvestir de su espíritu plástico y al salpicar de belleza las paredes de este singular espacio comercial madrileño, donde se muestra tan solo un pequeño reflejo de su magnitud artística hecha vivencia: “Mis océanos son paisajes interiores”, afirma.
“Tiempo, tiempo” cuenta que ha necesitado esta catalana de corazón ya burgalés, afincada en la prehistórica Olmos de Atapuerca (Burgos), “el mar estuvo allí…” desde hace años junto a su artística familia, escultor esposo e hija digna sucesora en la escuela de Artes plásticas en la ciudad del Papamoscas, donde ha desarrollado su potencial creativo de Bellas Artes, desde entonces no ha parado, para confeccionar a elegantes trazos, dar forma y aun más, sentido, a estas nuevas obras de gran formato (2 metros) junto a otras más reducidas y una miniserie de figuras, en cerámica cocida, esmalte y platino que emulan el apreciado aspecto y movimiento del coral.
Por que se mire por donde se mire estamos rodeados de esfuerzo, tesón y mucha dedicación, se percibe, hasta conseguir la delicada caricia de la brisa en un sinfín de matizados azules, claros y oscuros, la salinidad, sin exceso blanca, de un océano personal, profundo, ya reconocido, Amelia.
Representada por la galería internacional Formara de Marbella y por Perry Kish de la mallorquina Red Gallery, tras el vaivén de las olas que rompen con fuerza antes de llegar al espigón humano y batirse en la cresta de este maremoto que es el Arte en sí, de subidas y bajadas abismales, con una realidad en la búsqueda de esa anhelada serenidad que produce contemplar el mar en su plenitud, eso sí, desde su interior, buceando hasta encontrar ese escape dimensional que suponga un remanso de paz en el duro devenir de la vida, porque de todo se sale.
Todos los estados del mar ahora condensados, Tormenta de olas en óleo. Rabiosa y temerosa tempestad, historia de remolinos de peces sobre tabla, hasta llegar a la placida e infinita calma, hecha canto de sirenas, llena de contrastes, donde la luz que ella, sutilmente traduce en amor, incide y juega un papel decisivo a la hora de perfilar la delicada flora que habita el inabarcable mundo submarino, por simbiosis humano, “soy una mezcla de mar y tierra por mis orígenes”, salpicado por ese coral que da nombre al color, tan natural y bien conseguido.
En una época donde se maltrata, sin escrúpulos, a este gran regalo de la creación, fuente de riqueza a lo largo de los tiempos y las civilizaciones, hagamos examen de conciencia a través de estas exquisitas pinturas, libres de ataduras, mano de esta polifacética artista cuya sensibilidad ha dejado impregnada rincones como Miami, Luxemburgo o Milán y más que están por venir. Pintora más que artista como le gusta saberse. Profesora, madre que desnuda con el pincel y muy a menudo con sus manos desnudas su alma empapada… Y con ellas, le rinde homenaje y reivindica su verdadero protagonismo como el infinito bálsamo de vida que es.
César Serna
Datos útiles
Alma de Mar, Amelia García Escoda
Galería María Porto. CC. El Corte Inglés Castellana. Calle de Raimundo Fernández Villaverde, 65. planta 1ª (Madrid)
Hasta el 6 de agosto
