El Museo Guggenheim Bilbao rinde homenaje a esta artista conceptual, cuyo trabajo gira en torno al lenguaje y a temas como el poder, la violencia, las creencias, la memoria, el amor, el sexo y la muerte. Hasta el 9 de junio, el visitante descubrirá un amplio abanico de instalaciones realizadas expresamente para esta institución, como las proyecciones de luz con textos de poetas sobre la fachada del edificio al anochecer
Durante más de cuatro décadas, Jenny Holzer (Gallipolis, Ohio, 1950), una de las artistas conceptuales más importantes del panorama internacional, ha venido presentando sus mordaces ideas, argumentos y aflicciones en lugares públicos y exposiciones internacionales, incluyendo el 7 World Trade Center, la Bienal de Venecia (en 1990, recibió el León de Oro), los Museos Guggenheim de Nueva York y Bilbao, el Whitney Museum of American Art y el Louvre Abu Dabi.
La creadora, que aúna palabras y conceptos para cuestionar la realidad y, en concreto, los mensajes que recibimos acerca de esa realidad en la que vivimos, comenzó en la década de los setenta del pasado siglo sorprendiendo a los viandantes de Nueva York con sus Truismos, declaraciones compuestas por una única frase. Para Carlos Torres Vila, presidente de la Fundación BBVA, patrocinadora de esta exposición en Bilbao, Holzer “aborda con gran audacia y sentido crítico temas sociales que a menudo implican cuestiones profundas, recurriendo incluso al humor para facilitar la interpretación de mensajes que, en ocasiones, son de una dureza extraordinaria”.
Bajo el título Jenny Holzer. Lo indescriptible, el Museo Guggenheim Bilbao presenta una muestra, comisariada por Petra Joos, que ofrece un completo recorrido por la obra de esta creadora norteamericana, incluyendo obras de nueva creación, como una serie de proyecciones de luz sobre la fachada del museo todas las noches hasta el 30 de marzo.
La obra de Holzer ha estado presente en el museo bilbaíno desde sus inicios a través de la Instalación para Bilbao (1997), una pieza –instalada en el Atrio y encargada para la inauguración del edificio– compuesta por nueve columnas luminosas, cada una de ellas de más de doce metros de altura. Desde el año pasado, esta obra, creada expresamente para su actual emplazamiento, se complementa con Pareja de Arno (Arno Pair, 2010), dos bancos de piedra con inscripciones, donada al museo por la artista.
Las reflexiones, ideas, argumentos y aflicciones que Jenny Holzer ha expresado a lo largo de más de cuarenta años de carrera se presentan al público a través de un amplio abanico de instalaciones, cada una de las cuales posee una evocadora dimensión social. La difusión de textos en espacios públicos constituye un aspecto esencial de su obra, empezando con pósters pegados a escondidas por la ciudad de Nueva York en los setenta y continuando con sus recientes proyecciones de luz sobre paisajes y arquitecturas.
Los visitantes de la exposición serán testigos de la evolución experimentada por la praxis de la artista, que aborda los temas fundamentales de la existencia humana, incluyendo el poder, la violencia, las creencias, la memoria, el amor, el sexo y la muerte. El objetivo de Holzer es involucrar al espectador mediante la creación de espacios evocadores que provoquen una reacción, un pensamiento o la adopción de una postura, dejando a la autora, a menudo anónima, en un segundo plano.
Truismos, Ensayos incendiarios y Lamentos
La exposición arranca con la serie Truismos (Truisms), que engloba una lista de más de 250 declaraciones compuestas por una única frase (1977 y 1979). Estas afirmaciones, semejantes a aforismos, máximas y clichés existentes, reúnen una amplia gama de planteamientos teóricos, filosóficos y políticos contradictorios. Dispuestos en orden alfabético, los Truismos aparecieron primero en pósters callejeros anónimos pegados con engrudo por el centro de Manhattan y, desde entonces, han vuelto a aparecer en camisetas, gorras, letreros electrónicos, suelos de piedra y bancos. Cada frase reduce una idea, en principio difícil y controvertida, a una afirmación aparentemente sencilla.
Por otra parte, Los Ensayos incendiarios (1979-82), en un principio, se imprimieron sobre papel de colores y también se pegaron en diversos espacios públicos de la ciudad de Nueva York. Esta serie se vio influida por las lecturas de la artista de manifiestos políticos, artísticos, religiosos y de otro tipo. Originalmente, tal y como se imprimieron en inglés, cada texto tenía cien palabras dispuestas en veinte líneas. Al igual que cualquier manifiesto, la voz de cada uno de esos ensayos propugna una ideología o un punto de vista muy concreto y firme, y adopta un tono sumamente apremiante. Con esta serie, Holzer invita al lector a plantearse la necesidad de un cambio social, el potencial de la propaganda para manipular a la opinión pública y las condiciones que conducen a la revolución.
Dibujos, bancos, letreros pintados y letreros electrónicos
La Sala 206 incluye seis bancos de piedra, una selección de bocetos de trabajo realizados sobre papel de calco, una serie de letreros de metal pintados a mano y tres letreros electrónicos. La selección es buena prueba de la gran variedad de soportes que Holzer ha utilizado para presentar y difundir sus textos, de lo costoso a lo efímero, de lo intelectual a lo popular.
Al igual que los pósters de Holzer, los letreros esmaltados pintados a mano utilizan la influencia que el lenguaje puede ejercer en los espacios públicos. Sin embargo, a diferencia de los pósters, los letreros pintados traen a la memoria los modos oficiales de presentación y alocución pública, tales como los letreros de las calles que se ven en las áreas urbanas y, en ocasiones, también en las rurales. Resaltando el poder del lenguaje institucionalizado, Holzer despliega eficazmente sus textos enfrentando al observador con una contradicción: un texto que parece oficial, pero que, inesperadamente, dice algo muy distinto de lo que podría decir un letrero oficial.
Los bancos de granito negro de esta sala constituyen la primera obra de Holzer en piedra. El texto de Bajo una roca (Under a Rock, 1986) explora los efectos de la política en el cuerpo humano y las manifestaciones y la persistencia del dolor, en un intento de aproximarse a lo innombrable. Los letreros electrónicos incluyen fragmentos seleccionados de dos de las series de textos más famosas de Holzer: Viviendo (Living, 1980-82) y Supervivencia (Survival, 1983-85).
Las promesas rotas de la Primavera Árabe
En esta sección se presenta una nueva obra de led robotizada, THERE WAS A WAR (Hubo una guerra), una instalación de bancos de piedra (algunos de ellos tumbados), creada ex profeso para este emplazamiento, rodea el led en una escenificación del caos y la destrucción. Bancos curvos de la colección permanente del museo aparecen cubiertos de versos de un texto que Holzer escribiera en 2001, Arno, una reflexión por momentos elegíaca sobre el dolor, la intimidad y la ausencia. La instalación incluye bancos grabados con fragmentos de Erlauf (1995), un conjunto de textos encargados a modo de monumento en Austria a la paz que considera la guerra como un compendio anónimo de recuerdos, sucesos, interrupciones y preguntas fracturadas. También se incluyen bancos con textos de Bajo una roca, Viviendo y Supervivencia.
En Hubo una guerra, compuesta por una señal led vertical de forma cuadrangular que cuelga de una estructura robótica suspendida del techo de la sala, Holzer buscó información sobre la crisis internacional de los refugiados y las devastadoras consecuencias humanitarias de la guerra civil que aún se libra en Siria, incluyendo 131 relatos de testigos presenciales reunidos entre 2011 y 2016 por las organizaciones Human Rights Watch y Save the Children.
Violencia sexual
Este apartado alberga otra instalación de leds robotizada de nueva creación, I WOKE UP NAKED (Me desperté desnuda), que ofrece una serie de testimonios en primera persona de supervivientes de agresiones sexuales y violaciones. Los relatos, que se muestran en inglés, español y euskera, provienen de entrevistas con cooperantes y organizaciones sin ánimo de lucro, incluidas Human Rights Watch, Save the Children, Protect Our Defenders, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, y los textos en euskera procedentes de Voces para ver/Ikusteko ahotsak, libro de testimonios publicado por el Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia.
Me desperté desnuda se extiende hacia Purple (Púrpura), una sucesión de letreros de leds curvos compuesta por 19 elementos que recuerdan a costillas humanas, una obra que se pone en movimiento por primera vez en esta exposición. Púrpura muestra otro de los textos de Holzer, Lustmord (Crimen sexual), 1993-95, en inglés y castellano, centrado en el uso instrumentalizado de la violación como arma de guerra en la antigua Yugoslavia.
Abusos de la guerra
Colgada del techo de la sala, se puede ver SWORN STATEMENT (Declaración jurada), una nueva obra electrónica que denuncia la impunidad de la que a veces se beneficiaron el personal militar y los contratistas del Ejército estadounidense ante las denuncias por abusos sistemáticos contra los detenidos en la guerra de Afganistán. Por otra parte, Ram (Ariere), 2016, un panel de leds de más de siete metros de largo, constituye una de las más recientes exploraciones por parte de Holzer de la relación entre estructura física y lenguaje, en la que las palabras se desplazan a distintas velocidades por ambas caras de un letrero horizontal, encendiéndose y apagándose periódicamente para, al final, descomponerse en un espectro de colores que baña el suelo circundante en un resplandor tóxico. Las diversas velocidades evocan patrones del habla que Holzer describe como “el equivalente cinético de la inflexión en la voz”. Esta pieza contiene una selección de poemas del libro Budowałam Barykade (La construcción de la barricada), de Anna Świrszczyńska, escritora polaca que se unió a la resistencia en la Segunda Guerra Mundial y atendió como enfermera voluntaria a los partisanos heridos y moribundos durante el Alzamiento de Varsovia. Una selección de estos textos se mostrará en las proyecciones de Holzer sobre la fachada del museo y la ría.
Pinturas y acuarelas
La sala 203 reúne un grupo de obras pictóricas pertenecientes a la serie Redaction Paintings (Pinturas de censura), que Holzer se encuentra realizando actualmente. Algunas cuelgan en ordenadas filas a lo largo de las paredes, en contraposición a otras dispuestas en el suelo en configuraciones aparentemente aleatorias. Desde comienzos de la década de 2000, Holzer ha venido estudiando documentos del gobierno estadounidense que han sido desclasificados con arreglo a la Ley de Libertad de Información. Trabajando en óleo sobre lino, la artista reproduce documentos desclasificados, pero sumamente censurados, entre ellos muchos del Ejército.
Y la Sala 204 acoge una serie de acuarelas realizadas sobre los bocetos de trabajo en papel de calco utilizados para transferir los documentos desclasificados a lino para las Pinturas de censura de Holzer. En palabras de la artista: “Yo difumino algunos dibujos seleccionados para hacerlos más vívidos, y luego emborrono y pinto otros. La acuarela exige decisiones ágiles y acciones rápidas para lograr un buen efecto ‘húmedo sobre húmedo’, y eso es más emocionante que escribir correos electrónicos…”.
Sala de inspiración
Jenny Holzer ha descrito el proceso de dibujar como una forma de “pensar y conocer”. En esta sala se muestran artistas clave que han inspirado a Holzer, incluyendo a Louise Bourgeois, Paul Thek, Alice Neel y George Grosz, algunos de los cuales fueron amigos de Holzer. La mayoría de las obras que se exhibe proviene de la modesta colección de dibujos de la artista, si bien algunos proceden de otras colecciones, incluyendo el Paul Thek Estate de Nueva York y el Louise Bourgeois Studio. Esta parte revela afinidades, precedentes, y todo un abanico de modelos para tratar el mismo grupo de temas –violencia, justicia, belleza, amor, poder y abuso de poder– que ha preocupado a Holzer durante décadas.
son obras excelentes y x esto, es q no las quiero comentar….
sensacional……!!!!