Una ciudad de piel, la última serie de la pintora, dedicada al grafiti callejero en fachadas, puertas, balcones o ventanas de urbes como Berlín, París o Nueva York se muestra en el Colegio Oficial de Arquitectos (COAM) de Madrid hasta el 15 de junio
Formada como arquitecta, Coro López-Izquierdo (Madrid, 1958) proviene de una saga dedicada a esa profesión, una disciplina en la que era imprescindible el dominio del “dibujo de estatua” si se quería ingresar en la Escuela de Arquitectura, y para cuya enseñanza su abuelo llegó a fundar una academia.
Con estos antecedentes, no es extraño que la artista sea una excelente dibujante y pintora, una actividad esta última que comenzó en 1988 y que compagina con la enseñanza de dibujo en la Escuela Técnica de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid. Todo este bagaje ha impregnado el mundo pictórico de López-Izquierdo, tanto porque aúna las dos disciplinas en sus obras, interpretando la arquitectura en clave plástica, como por la reflexión continua, conceptual y estética, sobre el espacio urbano.
En este caso, el trabajo que presenta la artista en la exposición Desplazamientos. Arte urbano en el COAM es el epítome de la metrópoli contemporánea, encarnada en ciudades como Berlín, París o Nueva York. En sus obras, López-Izquierdo muestra unas urbes despobladas de figuras humanas pero saturadas de señales de su presencia, como bicicletas, motos, automóviles, andamios, basuras, anuncios o señales. Todo esto remitiría a un mundo detenido, si no fuera porque la vida aflora en los grafitis callejeros que se despliegan por las fachadas y medianeras de los edificios de cada una de las obras de esta serie.
Y es que López-Izquierdo vagabundea por la ciudad documentando sus calles, deteniéndose en cada textura, cada grieta, cada mancha de suciedad y desconchón, guiándose únicamente por la emoción que le transmite. Asiste a su transformación diaria y aprende de cada cambio. Descubre la azulejería y los grandes murales empapándose del estilo, el sentido y la técnica de cada trazo. Por todo ello, la artista no es una mera cronista de lo urbano, hace suya la ciudad asumiendo los roles de la paseante, del arquitecto, de la restauradora y de la artista según el momento.
Artistas como Boa Mistura, Roa, Liu Bolin, Seth o Mentalgassi quedan referenciados en sus obras. Pero no solo eso, Coro López-Izquierdo va un paso más allá, realizando propuestas personales de arte urbano en algunas fachadas de lugares que ha visitado, e incluso invita a otros artistas a intervenir sus fachadas.
La maestría técnica de la artista se hace patente en la hibridación de técnicas y procesos cargados de intención. Consigue poner la tradición al servicio de un nuevo discurso personal, que es capaz de atrapar al espectador. En definitiva, una exposición de realismo moderno que invita al visitante a reflexionar sobre las relaciones entre arquitectura y arte urbano, donde este último se instituye como la decoración de fachadas del siglo XXI.