Dibujos y más… del artista brasileño es la muestra que abre la temporada de esta galería y la primera que podrá verse en la nueva sede. Sin abandonar el barrio de Justicia-Salesas, el nuevo local de 500 metros cuadrados está situado en las antiguas oficinas de la Papelera Española; ganan en superficie, sobre todo en altura, y en espacios más diáfanos. La remodelación ha sido llevada a cabo por el arquitecto Marcos Corrales Lantero. De 15 de septiembre a 12 de noviembre
El trabajo de Waltercio Caldas (Río de Janeiro, 1946) está muy relacionado con la arquitectura, en el sentido de que para el artista son cuestiones primordiales la investigación sobre la percepción del espacio, la escala, la estética y la experiencia visual. Sus obras se mueven entre la frontera de lo que existe y lo que todavía no vemos pero que intuimos.
La mayoría de los dibujos están realizados en tres dimensiones, en un reto a los límites del trazo en una búsqueda por no quedarse en un solo plano. Así, más que dibujos son objetos de papel que muestran líneas e imágenes que se desdoblan y penetran en diversos planos en una investigación que transforma la idea tradicional de la dimensión en el dibujo.
La exposición está divida en tres ámbitos, o tres ambientes como le gusta decir a Waltercio Caldas, relacionados entre ellos aunque cada uno trata de mostrar un aspecto de la libertad o de la posibilidad de realizar diferentes objetos en papel. El protagonista de la mayoría de los dibujos es la línea, y en muchos de ellos aparece un punto tridimensional porque «el punto es el fin de una línea, es la línea concentrada. Como decía Modigliani la línea recta es una línea curva en su mayor tensión», explica Caldas.
Estas obras mantienen el uso sugerente del color tao característico de la obra de Caldas. El color funciona como un indicador, como un detalle diminuto, casi como un intruso que da movimiento, perspectiva y luz a la obra. Los objetos se activan y cobran vida en el momento en el que el espectador los observa y se mueve alrededor del espacio. No pretenden impactar con ilusiones, pero sí ofrecer nuevas formas de percepción.
Nuevo espacio
Después de quince años situada en la calle General Castaños nº 3, la galería Elvira González traslada su sede a un nuevo espacio más amplio, 500 metros cuadrados, situado en las antiguas oficinas de la Papelera Española, en la calle Hermanos Álvarez Quintero nº 1. Así, la galería continuará desarrollando su labor desde el barrio de Justicia-Salesas pero contará con mayor superficie, espacios más diáfanos y, sobre todo, ganan en altura, lo que les permitirá exponer piezas de gran tamaño.
La remodelación de la nueva sede la ha llevado a cabo el arquitecto Marcos Corrales Lantero, que ya diseñó en 2002 el anterior local. El edificio original es de 1949 y fue realizado por los arquitectos Cayetano y Manuel Cabanyes Mata, y de él se ha respetado la fachada original porque está protegida por Patrimonio.
Esta remodelación permite que la calle se integre en la propia estructura de la galería, lo que facilita que el público entre a ver las exposiciones de las salas interiores. Es esta misma línea, las oficinas, con ventana al exterior, mostrarán el trabajo del día a día, así como un showroom que permitirá exponer de forma constante piezas destacadas de los artistas con los que trabaja la galería.
En palabras de Isabel Mignoni que, junto con Elvira Mignoni, dirige la galería: «Esta nueva sede supone un reto para nosotros, una oportunidad para mejorar las exposiciones al tener un espacio más grande que nos permitirá instalar obras de mayor envergadura, esculturas de más tamaño y peso». Además, al tratarse de un local a pie de calle con ventanales abiertos, las nuevas instalaciones «nos permitirán tener mayor exposición de cara al exterior».