La firma austriaca, fundada en 1951, celebra su aniversario consagrada como orfebre esmaltador de referencia en la creación de joyas. Esta es su historia y la de algunas de sus creaciones vinculadas a la historia del Arte
FREYWILLE fue fundada en 1951 en Viena por Michaela Frey, joven artista austriaca, reconocida en la época por sus creaciones en las artes de mesa y la ornamentación de objetos. Sus primeras obras fueron de madera, pero los estragos de la reciente guerra y la grave escasez de materiales empujaron a Frey a utilizar en sus diseños por primera vez el esmalte, material noble y delicado por excelencia. Sus colecciones obtuvieron un éxito inmediato y la artista decidió embellecer la decoración de esmalte para hacer piezas únicas.
En los años 70, Doctor Wille se unió a la compañía con un objetivo concreto de internacionalización. Rápidamente FREYWILLE empezó a distribuirse en países como Inglaterra, Italia o Francia. Fue gracias a esa cooperación ingeniosa entre Michaela Frey y Doctor Wille que la marca creció considerablemente, con la apertura, en 1976, de una tienda en Paris (Rue du Dragon en el 6eme arrondissement) y después en Londres, en 1978. Este periodo se consolidó definitivamente con la asociación de FREYWILLE con grandes nombres del mundo de la moda, como Yves Saint-Laurent o Paco Rabanne.
Los años 80 marcaron un punto de inflexión decisivo en la historia de la firma tras el fallecimiento de Michaela Frey y la llegada de un equipo de diseñadores, dirigido por Simone Grünberger-Wille, quien, gracias a su gusto por la historia del Arte, haría evolucionar la marca de manera espectacular, creando colecciones de joyería artísticas como Avant Garde, Modern Art o Tropique.
A principios de los años 90, al mismo tiempo que veían la luz las primeras colecciones Egipcias de la casa, FREYWILLE, a instancias de la Fundación Monet, interpretó en estilo Art Noveau un tema impresionista. Fue así como nació la primera colección de orfebrería esmaltada inspirada en un artista mundialmente conocido, Hommage à Claude Monet, Les Iris”, al que siguieron bestsellers inspirados en Klimt, Hundertwasser o Mucha.
