El artista holandés regresa de nuevo a la galería Artizar de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife) con Me Flesh, You Meat, una propuesta compuesta por esculturas que van del bronce al cristal y dibujos, sus ya clásicos 24 x 31, y otros de formato casi mural. Hasta el 28 de mayo
El artista holandés Hans Lemmen (Venlo, 1959) se estrenó en la galería Artizar hace tres años con la exposición individual the True Stories. Y fue precisamente en Canarias, gracias a la iniciativa de Omar Pascual-Castillo (antiguo director del CAAM de las Palmas), donde tuvo lugar su primera muestra en España (Aún terrenal) en 2011, lo que le abrió las puertas de nuestro país a un artista que ya gozaba de reconocimiento internacional pero que apenas era conocido dentro de nuestras fronteras. Una situación que ha ido cambiando desde entonces, hasta conseguir que su nombre suene con fuerza dentro del circuito artístico como demuestra que haya habido cuatro exposiciones individuales y varias colectivas en distintas galerías, como Blanca Soto o Mecánica.
Lemenn vuelve ahora a la galería Artizar y lo hace con un nuevo proyecto, Me Flesh, You Meat, en el que se exhiben tanto dibujos de formato casi mural como esculturas que van del bronce al cristal, además de sus ya clásicos 24 x 31 cm, cuya metódica aplicación ha hecho de esta práctica un documento excepcional.
El artista trabaja en una granja tradicional en la región belga de Hesbaye, un factor que se deja sentir en su trabajo, como algunos elementos reconocibles de su entorno y que son recurrentes en muchos de sus dibujos, como la granja y las torres de alta tensión. Los protagonistas de las obras de Lemmen son elementos tan terrenales como los hábitats, las personas, los animales, los homínidos o los paisajes pero a su vez construye un universo casi onírico, en cierta manera surrealizante, que báscula entre lo híbrido y lo lúcido, entre lo mítico y lo doméstico.
Y es precisamente esa dualidad o paradoja del ser humano, cómo «las personas se rigen por la razón pero también por el instinto», lo que resalta Hans Lemmen en su obra. Le fascina el hecho de que una parte importante de la humanidad aún obedezca a un mundo mítico, a pesar de sus capacidades racionales. En esa misma línea, le interesa la arqueología, una disciplina que estudia la naturaleza animal del ser humano y su origen, lo que le lleva a colaborar asiduamente con arqueólogos en proyectos artísticos que expone también en museos arqueológicos y antropológicos.
En cuanto a la técnica que utiliza Lemmen para realizar sus clásicos dibujos la desarrolló en el Museo Van Gogh, y consiste en dar al papel una imprimación de tono ocre que consigue mediante un tratamiento de óxido de magnesio, lo que aporta a cada una de sus hojas un fondo diferente. Después, ambas caras de ese papel «son tratadas de forma alternativa con una disolución de caseína, un pegamento generado a partir de leche. La tinta con la que dibuja permanece suspendida, entre las capas de la caseína y puede volver a generarse más líquido en una fase posterior del dibujo. Como resultado, el papel adquiere un aspecto apergaminado sobre el que enfatiza la línea con el brillo de la clara de huevo».