Jaume de Laiguana expone por primera vez en Madrid y lo hace en la galería Kreisler con la serie «El lenguaje de la piel», formada por 18 fotografías en blanco y negro que diseccionan el cuerpo de su amiga, modelo y musa Eulalie Martine. Un trabajo que destaca por unas imágenes de gran fuerza expresiva que rozan casi la abstracción. Hasta el 21 de mayo
Jaume López (Barcelona, 1966) cambió su nombre por el de Jaume de Laiguana en 1990, fecha en la que junto a su hermano Carlos y Ricard Puignou fundaron Laiguana, una empresa de comunicación gráfica integrada por diseñadores gráficos, creativos y fotógrafos. Ahora mismo son mucho más, un colectivo que está formado por distintos artistas de varias disciplinas que va desde la fotografía, el videoarte, el arte digital o la danza, y son todo un referente en cuanto a todo lo que tiene que ver con la imagen.
Jaume de Laiguana es más que un fotógrafo, también es director de arte, diseñador y realizador de videoclips (Shakira, Alejandro Sanz o Miguel Bosé) y anuncios publicitarios. A mediados de los noventa inició su trayectoria como fotógrafo, una carrera en la que ha trabajado en campañas publicitarias, tanto para firmas nacionales como internacionales, catálogos o retratando a personajes relevantes de la cultura, el deporte, el espectáculo o la moda, como Pilar Bardem, Rossy de Palma, Fele Martínez, Carlos Moyà, Gloria Stefan o Martina Kleim.
Tuvo mucha repercusión un libro-calendario de 2002 en el que fotografió a 12 modelos desnudas y rodeadas de basura y humos para denunciar la degradación del planeta. Un trabajo que sobresale tanto por una factura impecable como por una escenografía impactante.
El lenguaje de la piel, que presenta ahora en la galería Kreisler de Madrid, es una serie compuesta por 18 fotografías en blanco y negro que realizó De Laiguana en 2005 en su antiguo estudio de Palo Alto (Barcelona) de su amiga, musa y modelo Eulalie Martine. Estas instantáneas forman parte de un trabajo más personal en el que investiga y experimenta con la texturas y los pliegues de la piel del cuerpo de la mujer.
PREGUNTA. ¿Son parcelas diferentes la fotografía, el diseño gráfico o la dirección de arte en su trabajo?
JAUME DE LAIGUANA. Para mí todo forma parte de un mismo objetivo. La dirección artística es vital en muchas de mis obras y tan importante puede llegar a ser la fotografía como la gráfica que la acompañe. Un mal diseño gráfico o una dirección artística mal realizada pueden estropear una buena fotografía.
Me suele pasar a menudo, que estoy horas preparando un escenario, estudiando la colocación de todos los elementos, ensayando un acting y al final el disparo es solo un momento en el que todos los elementos fluyen a la vez.
P. A la hora de realizar videoclips, ¿cree que influye su manera de mirar cómo fotógrafo?
J. D. L. Sin duda. Los vídeos no son más que una secuencia de fotografías fijas y el planteamiento previo es el mismo. Los encuadres, la iluminación, el acting tienen la misma importancia tanto en la fotografía fija como en los rodajes; de hecho, creo que el haber empezado con la fotografía me ha dado una buena base y una perspectiva diferente de cara a mi trabajo como realizador.
P. En su carrera ha realizado muchísima fotografía publicitaria. ¿Cómo encara un trabajo digamos de encargo? ¿Qué diferencias cree que hay con otro más personal, como este que presenta ahora en la galería Kreisler?
D. L. Los trabajos de encargo suelen venir con muchos condicionantes previos y con poco margen “creativo”. A pesar de ello siempre intento aportar mi visión y, en la medida de lo posible, mejorar o aportar un plus a las expectativas del cliente.
Por otro lado, con los trabajos personales soy yo quien marca la creatividad, los límites y los objetivos, aunque también tienes otros condicionantes que a veces impiden realizar todo aquello que tienes en mente.
Siempre digo que los mejores trabajos de encargo son aquellos en los que te dan libertad creativa absoluta, y por suerte yo he podido disfrutar de alguno de ellos.
P. Muchos de sus trabajos, como los calendarios que ha realizado con modelos y actrices que denuncian la destrucción del planeta, tienen un componente social o político. ¿Cree que el artista tiene que comprometerse con su realidad social?
J. D. L. Más que tratar el tema de la destrucción del planeta, lo que intento es provocar una reflexión en el espectador. No pretendo arreglar el Mundo, pero sí que me gusta incidir en problemáticas sociales y medioambientales a través de la imagen. Creo que los artistas disponemos de una herramienta visual, que si dispone de una buena difusión, puede ser un buen altavoz para estas denuncias.
Cada artista es libre de hacer lo que le plazca con su obra, y tan respetable es el que decide comprometerse con una causa como el que no.
P. Hábleme, por favor, del trabajo que exhibe actualmente en la galería Kreisler, El lenguaje de la piel.
J. D. L. Para esta exposición, quería mostrar una parte más oculta de mi obra, mi trabajo menos conocido y más personal. Al final, me decanté por esta serie de fotografías en las que diseccioné un desnudo de Eulalie Martine.
En este caso me quedé con la síntesis para representar la parte abstracta del cuerpo femenino. La expresión corporal, en todas sus vertientes y posibilidades, siempre ha sido motivo de gran interés en mi trabajo.
Son fotos que yo colgaría en mi casa y me gusta pensar que a otra gente quizá también le gustaría hacerlo.
También quiero destacar, la oportunidad y las facilidades que me ha ofrecido la galería Kreisler para exponer parte de mi obra en Madrid.
P. ¿Le interesa sobre todo el retrato o la expresión humana? ¿Ha hecho también paisaje o fotografía más conceptual?
J. D. L. Del cuerpo humano me interesa todo, desde su expresividad meramente física hasta sus detalles más íntimos, como es el caso de esta muestra, y por supuesto los retratos, que pueden llegar a transmitir muchas más sensaciones y emociones que otro tipo de instantáneas aparentemente más explícitas.
Respecto a fotografías más conceptuales o paisajísticas, creo que hay fotógrafos más especializados en este campo que realizan excelentes trabajos, pero a mí me atrae más el contacto humano.
P. ¿Por qué utiliza sobre todo el blanco y negro?
J. D. L. Soy un amante declarado de la fotografía en blanco y negro, pero no creo que utilice más el blanco y negro que el color, quizá en un 50 por ciento, todo depende de cómo afronte un trabajo. A veces tengo claro cómo voy a disparar, pero en otras ocasiones dejo que sea el propio trabajo el que me transmita si el resultado final va a ser en color o en blanco y negro. Con la fotografía digital actual te puedes permitir estas licencias.
P. ¿Qué ha supuesto para su carrera los premios que ha recibido?
J. D. L. Me han servido para ratificarme en mi profesión. Si tienes el reconocimiento de un premio, sabes que estás haciendo bien tu trabajo, y eso te da ánimos para seguir con tu día a día.
P. Cómo se definiría como fotógrafo.
J. D. L. Como un alumno de fotografía, insistente y perseverante que cada día quiere aprender de la profesión.
Cada fotografía es el final de un camino que termina donde había empezado, y cada foto es empezar otra vez desde cero. Con cada nuevo reto o proyecto comienza un nuevo camino y un nuevo aprendizaje.
Una vez finalizada esta exposición, las obras también podrán adquirirse online en la galería “nómada” Up&Coming Gallery (www.upandcoming.gallery).
Ángela SANZ COCA