El Museion de Bolzano ha inaugurado un sorprendente proyecto. Por un lado, el artista italiano expone sus esculturas en una retrospectiva repartida por este espacio expositivo de la capital del Alto Adigio (hasta el 16 de mayo) y por otro ejerce el papel de comisario de una exposición centrada en las obras de la colección (hasta el 6 de noviembre)
Lo primero que va a encontrarse el visitante en esta muestra es una escenográfica pintura que empapela toda la planta baja de Giovanni Paolo Pannini, lo que la convierte a esta planta en una impactante galería del siglo XVIII.
En la planta de arriba, Francesco Vezzoli entabla un diálogo directo, y en cierto sentido humorístico, con la historia de la antigüedad, del cine, de las imágenes y del poder, empleando recursos retóricos como la antítesis o la hipérbole. En sus obras, el anárquico e irreverente Vezzoli pone en tela de juicio sistemas de arraigado valor, cuyo acercamiento se refleja también en las dos manifestaciones temporales para el museo norteño.
En un guiño histórico-artístico, el artista interpreta una parte de la colección Museion para dialogar con las obras maestras de la historia del arte occidental, conservados en museos europeos y norteamericanos. Una de sus creaciones se basa en la reproducción de trampantojos de los marcos de célebres pinturas de Miguel Ángel, Rafael, Caravaggio, Ingres y muchos otros artistas para encuadrar las obras de esta colección, y para ello ha escogido trabajos menores o casi invisibles de depósitos museales. Unas decoraciones que se perderán tras la clausura de la exposición.
El núcleo expositivo aúna 30 obras entre pinturas, fotografías e instalaciones, en un recorrido temático, a través de los géneros clásicos, como retrato, autorretrato, bodegones, paisaje, etc. Cada sección incluye obras del mismo autor y en los espacios de la “Colección estudio” cuelga una esmerada selección de obra gráfica.
El artista ha utilizado un juego humorístico en sus asociaciones o desconstrucciones entre épocas y lenguajes diversos, como evidencia la exhibición de esculturas, antiguos hallazgos, colocados en un cara a cara con nuevos trabajos del artista y que se alinean sobre una acertada peana en los amplios espacios de la cuarta planta.
Se percibe el toque irónico de Vezzoli, que toma forma en reelaboraciones críticas y lúdicas de la tradición clásica romana del retrato. Se trata de intervenciones jocosas y resbaladizas, con fundamentos científicos, como los bustos de mármol de la serie True Colors, de los primeros siglos de nuestra era, a los que Vezzoli ha restituido la coloración original con total fidelidad a datos arqueológicos e indiscutibles estudios científicos. Su campo de acción no se dirige sólo a personajes de la antigüedad sino también a obras maestras y mitos contemporáneos, como la figura de la actriz Sofía Loren, transformada en una musa de De Chirico, o la nueva escultura modelada para la ocasión.
Según Ana Coliva, directora de la Galeria Borghese de Roma: “Focalizar la exposición en la escultura ha dado como resultado una acción visual entre las más extremas que Vezzoli pudiera concebir en esta fase de su obra”. Mientras que para Letizia Ragaglia, directora de Museion: “Para Francesco Vezzoli no se trata de elegir entre una forma canónica y una forma excéntrica de narrar la historia del arte, sino más bien de abrirse a una multiplicidad de mundos e historias del arte, en una dialéctica continua. Para el visitante del ‘Museo Museion’ el recorrido de la exposición toma forma en una única, gran instalación”.
Encontrar al autor de una exposición, que se visita, aporta vitalidad y más credibilidad al contenido. Éste es el caso de Francesco Vezzoli (Brescia, 1971), formado en la Central St. Martin’s School of Art de Londres, cuya producción ha sido expuesta en exposiciones de importantes museos internacionales, seleccionado tres veces para representar a Italia en la Bienal de Venecia (2001, 2005 y 2007). Y ya ha acumulado una exitosa carrera jalonada de importantes citas por medio mundo hasta sus últimos proyectos, entre ellos, la performance Fortuna Desesperada, que abrió la Bienal Performa 15 en Nueva York (2015). Actualmente vive y trabaja en Milán.
Carmen del VANDO BLANCO