Agustín Pérez Rubio, director del MALBA: «Un museo lo constituye el trabajo transversal y en equipo»

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En cada edición de ARCO son muchos los profesionales del mundo de arte que acuden a esta cita capital. Entre otros, los directores de los grandes museos de Europa y América. Nos encontramos con Agustín Pérez Rubio, director artístico del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires). Una institución que aún siendo privada -pertenece a la Fundación Eduardo F.Costantini- se ha convertido en un lugar de disfrute y aprendizaje para toda la comunidad argentina. País, que el año que viene desembarcará a lo grande en ARCO como invitado especial

PREGUNTA. Te nombran director artístico en mayo del 2014 y llegas al museo físicamente a finales de julio, ¿qué primeras pautas llevas a cabo para el proyecto de museo que estás desempeñando?

 AGUSTÍN PÉREZ RUBIO: Lo primero que propuse, y sobre todo para así yo poder trabajar más cómodamente en la programación del museo, fue definir los diferentes departamentos y establecer un coordinador a la cabeza de cada uno, con el que reunirme para que me trasladase las actividades e ideas en las que estaban trabajando. Para mí es fundamental que en una institución como es un museo, la estructura interna se convierta en vasos comunicantes y no en reinos de taifas aislados.

Ahora en el MALBA la dirección artística se nutre de tres brazos principales: los programas públicos, coordinados por Lucrecia Palacios, y en los que se incluye la educación, la literatura y el cine; el departamento de comunicación y publicaciones coordinado por Guadalupe Requena, y que es el encargado de mirar por la imagen y por cómo habla el museo, y por último, las colecciones y exposiciones, con Victoria Giraudo a la cabeza.Todos ellos conforman el esqueleto principal que sustenta la programación.

 

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Fotografía del interior del MALBA. Cortesía del MALBA.

P. Desde el ámbito de exposiciones, tengo entendido que el museo reserva tres salas destinadas para las muestras temporales, ¿cómo se articulan en la programación?

A.P.R. Cada una de las tres salas está destinada para un tipo de exposición diferente, pero que equilibran y cubren muy bien los diferentes campos de la creación contemporánea en América. Siempre, uno de los espacio acoge la escena local, la argentina, que próximamente protagonizará la retrospectiva sobre el artista Jorge Macchi. Otra línea es el arte latinoamericano en general,y que para noviembre tenemos prevista una gran muestra del arte brasileño desde la antropofagia hasta la modernidad.Además de nuestras piezas, vendrán muchas de la Colección Fadel con obras centrales de Anita Malfatti, Tarsila do Amaral,Lasar Segall, Di Cavalcanti, Portinari, Cicero Dias, etc. Por último, abordamos el panorama internacional -normalmente norteamericano-, y que por ejemplo ocupará Yoko Ono en junio. Y en este sentido hay que remarcar, que gracias a que Eduardo Costantini se lo ha podido permitir, en el MALBA se ha visto exposiciones tales como una retrospectiva de Warhol o de Duchamp, que para un museo público argentino son inalcanzables los costes.

Esto en cuanto a rasgos generales. También dentro de estas líneas, existen otros planteamientos como dedicar durante tres años una de las salas a artistas mujeres.De las primeras en inaugurar esta reivindicación fue la peruana y olvidada durante muchos años por su propio país, Teresa Burga. Otro proyecto es el que estamos llevando a cabo en otro espacio más pequeño, en el que se desarrollan prácticas curatoriales que suponen una tesis  -como la llevada a cabo por Chus Martínez sobre la era metabólica-, o de estudio sobre una trayectoria, ya sea de artistas más jóvenes o más mayores.

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Vista de una de las salas del MALBA. Cortesía del museo.

P. El próximo mes de septiembre el museo cumple  el décimo quinto aniversario, ¿cómo se celebrará?

A.P.R. En realidad iniciamos un planteamiento de la colección con la idea de que perdure en el tiempo. Consistirá en repensar el discurso y abogar por otro que nos permita establecer nuevas conexiones y lecturas sobre la evolución del arte contemporáneo en Latinoamérica. Este proyecto lo estoy llevando a cabo junto con Andrea Giunta -una de las mayores especialistas en el pensamiento y estudios sobre la creación latinoamericana-, y esperamos que no choque demasiado al público cuando vea una obra de Frida (Kalho) junto a una del 2010. La intención es que sirva para estimular una comprensión más crítica del desarrollo del arte. Me gustaría que cada dos años se repitiera esta dinámica, y que otros curadores colaborasen reflexionando sobre el discurso y otras maneras de acercarse a la colección del museo.

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Vista exterior del MALBA. Cortesía del museo.

P. El pasado noviembre aconteció un cambio de gobierno en Argentina, ¿qué quedó por hacer en el ámbito de la cultura, y concretamente en el del arte contemporáneo, con el mandato de Cristina Fernández de Kirchner?

A.P.R.  Es cierto que hubo por parte del gobierno un acercamiento a la cultura en general. Sin embargo, respecto al arte contemporáneo, yo he sido muy crítico con el kirchnerismo: no han hecho una colección nacional de arte contemporáneo, ni unas becas regularizadas para la producción artística. En la Bienal de Venecia se hizo el pabellón, y está muy bien, pero creo a mi parecer, que debería otorgarse un espacio independiente a la creación contemporánea, porque no existe un museo de arte contemporáneo nacional. Está el Museo de Bellas Artes, pero en éste convive el arte del renacimiento con la vanguardia del siglo XX; y por otra parte, el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires) es de ámbito local.

Uno de los últimos proyectos que se están gestando respecto al arte contemporáneo es la Bienal Unasur, promovida y organizada por el rector de la Universidad Tres de Febrero, Aníbal Jozami. Todos lo estamos apoyando, aunque aún se trate de un borrador, para que desde el gobierno se reciba también un soporte.

P. Y como colofón, dos proyectos a destacar que definan y nutran la identidad del museo.

A.P.R. Todo contribuye, pero sí hay dos proyectos que quizás por su finalidad impulsen la imagen del museo para ser visto como un espacio por y para la sociedad. En primer lugar, hemos empezado a traducir escritos en español sobre cuestiones que interesan al museo como el concepto del colonialismo, la noción del propio museo, además de ensayos de pensadores actuales como son Paul Beatriz Preciado o Walter Bignolo. Habitualmente estas publicaciones las encuentras en inglés o  en francés. Nos parece esencial la comunicación con el público a todos los niveles, y asumir este reto supondrá una mayor divulgación de los planteamientos y reflexiones de quiénes piensan  sobre el tiempo que nos ha tocado vivir.

Por otra parte, mantenemos el intercambio con colegios público y privados, que ya desde el 2001 se había puesto en marcha en el MALBA. Este consiste en que los colegios privados entran al museo pagando su entrada para financiar de este modo, la entrada a los niños de los colegios públicos, que tienen más limitaciones económicas.Me pareció una idea preciosa cuando llegué, y por ello, se mantiene la práctica.

La entrevista tuvo lugar en el Welligton Hotel y tras una hora de conversación, la estancia de Agustín Pérez en Madrid tan sólo se alargó una reunión más antes de regresar a Buenos Aires. Al otro lado del charco, le esperaba un museo más vivo que nunca.

Datos útiles:

http://www.malba.org.ar/

El miércoles, día del espectador, la entrada es de 35 pesos.

 

SARA VALVERDE 

 

 

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