Desirée Mejer: «El diseño tiene que ser fuerte. La referencia está muy bien, pero el producto tiene que dar la talla»

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La galería Machado-Muñoz acoge Castellano brutalista: la exposición de dos proyectos del colectivo Von Pelt que reúne muebles y cerámicas con un lenguaje muy personal  y potente cargado de referencias no literales. La diseñadora Desirée Mejer nos habla de este singular trabajo que puede verse hasta marzo en Madrid

Desirée Mejer es una diseñadora autodidactica que durante años estuvo vinculada al mundo de la moda y ahora está volcada en proyectos muy personales de diseño de producto, en los que hay un fuerte componente artístico y artesanal. Nació en Cádiz, pero ha vivido en tantos sitios (Colombia, Alemania, Inglaterra, Italia, Suiza…), que prefiere describirse simplemente como europea. Dirige el estudio Von Pelt, que se asienta allá donde ella vaya: dependiendo del proyecto, escoge una ciudad u otra y se apoya en unos colaboradores u otros.

desireeDesde noviembre presenta en Madrid, en la galería Machado-Muñoz la exposición Castellano brutalista con dos proyectos en los que, además de con los galeristas (Mafalda Muñoz y Gonzalo Machado), ha trabajado con artesanos de Pedraza y Sevilla. A esta exposición le dedicamos en Descubrir el Arte nuestra sección de diseño del número de enero (Descubrir el Arte 203, disponible en la tienda de nuestra web y en quiosco.arte.orbyt.es). Castellano brutalista está compuesta por una serie de contundentes muebles acabados en latón y por una colección de piezas cerámicas crudas que actúan como jarrones o candelabros.

Hablamos con Desirée Mejer (que se esconde con humor detrás de los retratos que nos ha facilitado) por teléfono para que nos presentara su trabajo y esta exposición que se ha prolongado hasta marzo (en un primer momento su clausura estaba prevista para mediados de febrero).

PREGUNTA. ¿Cómo surgió la idea de trabajar con la galería Machado-Muñoz en este proyecto?

DESIRÉE MEJER. Me contactaron ellos cuando todavía no habían abierto la galería. Al principio yo era un poco escéptica. Era un sitio nuevo y en España. Mis experiencias anteriores en España no habían sido muy buenas, la verdad. El nepotismo este de alguien que te pide que diseñes algo y luego resulta que su sobrina necesita…, y termina haciéndoselo ella.

Cuando me llamaron yo no les conocía. Luego vi cómo estaban montando esto y la verdad es que son muy serios, muy entregados y tienen un buen concepto. Ha sido una sorpresa muy grata trabajar con gente tan joven, con una visión tan seria y tan innovadora. De hecho, ellos me van a representar en España.

Vista de la exposición en la galería Machado-Muñoz con la colección de mobiliario en la primera sala y la de cerámica al fondo. Fotografía: Gonzalo Machado.

Vista de la exposición en la galería Machado-Muñoz con la colección de mobiliario en la primera sala y la de cerámica al fondo. Fotografía: Gonzalo Machado.

P. ¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo del diseño?

DESIRÉE MEJER. Yo soy totalmente autodidacta. Empecé desde bastante joven, los 16 años o así, durante las vacaciones cuando iba a Alemania y a Suiza. Mi madre tenía amigos que tenían una agencia de publicidad y para ganarme dinero hacía ilustraciones; dibujaba muy bien y me pagaban muy bien. También hacía copias de cuadros por encargo. Hice COU en Alemania, y luego resulta que no me lo convalidaban. En fin, que empecé siempre a meterme en cosas relacionadas con arte, diseño, moda. Iba trabajando y ganando dinero. Hice moda durante mucho tiempo, he tenido mi propia empresa y he hecho consulting para otras.

P. ¿Por qué dejaste a un lado la moda y te decidiste por el diseño de producto?

DESIRÉE MEJER. Últimamente trabajando en la moda tenía la sensación de que todo es demasiado pasajero y estresante. Le pones todo el corazón, y en quince minutos ya está pasado. Y eso que las cosas que yo hacía eran atemporales. Cuando me encuentro a la gente me dice: ‘Todavía tengo lo tuyo, nadie tira lo que yo hacía’.

Siempre me había apetecido hacer una cosa que tuviera más permanencia, más continuidad. Tú haces unos muebles de estos [se refiere a los que expone ahora en la galería madrileña] y es una cosa que te la piensas mucho. Esperas que esté ahí siempre y que luego tenga incluso un revival cuando yo ya no esté -entre risas- y cueste mucho más. Esta son piezas muy pensadas, muy consideradas, no son productos de tirar. La moda me parece como corrupción medioambiental, aunque reconozco que también hay mucho de eso en los muebles. Yo prefiero hacer menos y con más calidad que producir un montón.

La Sibila y el Arca de Juana, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

La Sibila y el Arca de Juana, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Colección Meteoritos, por Von Pelt.

Colección Meteoritos, por Von Pelt.

P. ¿Cuándo fundaste el estudio Von Pelt? ¿Con quién trabajas?

DESIRÉE MEJER. Llevo con Von Pelt muy poco tiempo, solo dos años y medio. Los colaboradores cambian según el proyecto. Vivo en Berlín, pero este año creo que voy a mudar a Cádiz por unos cuantos meses. Antes de Berlín, estuve viviendo en Italia, España y antes en Inglaterra, así que voy cambiando.

P. El estudio se mueve contigo dependiendo del tipo de proyecto.

DESIRÉE MEJER. Sí, mi trabajo es muy colaborativo. Me muevo mucho por el sitio donde estoy creando, que se convierte en una parte del proceso o del equipo.

En Berlín hemos estado haciendo los meteoritos [una colección de mobiliario]. Era un proyecto muy para hacer allí, con artistas de allí y noruegos. Era apropiado para esa ciudad. El próximo proyecto probablemente sea con mármol, así que quiero trabajar en la parte del norte de Italia.

Para los muebles de Castellano brutalista ha sido maravilloso trabajar en Castilla en los talleres de estaño. Lo hicimos en Pedraza, que más castellano no puede ser, que se respira cochinillo y piedra… Una maravilla, ha sido muy bonito trabajar allí.

Detalle del acabado del mueble Séquito, un diseño de Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Detalle del acabado del mueble Séquito, un diseño de Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

P. ¿Qué tal el trabajo con los talleres de los artesanos?

DESIRÉE MEJER. Los artesanos llevan haciendo cosas tradicionales toda la vida. Lo que es una cualidad a veces también es un defecto, porque no quieren probar una cosa nueva. Al principio siempre cuesta. Pero también como son gente a la que le entusiasma la artesanía o el trabajo, cuando ven que es una cosa chula se implican muchísimo y se emocionan. De hecho ellos estaban muy contentos, ya pensando en próximas ediciones. Todo el mundo muy entusiasmado, muy buen equipo.

P. ¿Son ediciones limitadas, verdad?

DESIRÉE MEJER. Claro, por la naturaleza de las piezas y también por la estética, no es Ikea, no es una cosa para todos, no es el mueblecito de los cincuenteros. Son piezones que requieren su espacio.

Custodia, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Custodia, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

P. En la exposición Castellano brutalista junto a estos muebles presentan una colección de cerámicas, ¿qué vínculo hay entre los dos proyectos?

DESIRÉE MEJER. Eran como las dos caras de España, lo sacro y lo austero; se complementan muy bien. Para los muebles nos inspiramos en bargueños y en elementos como el féretro de Juana la Loca. Están realizados con piezas industriales de ferretería que solo se encuentran en España, te pones a buscar esas cosas en otros sitios y no las encuentras. Son cosas industriales puestas de una manera que te dan la impresión de ser antiguas. Todo hecho en Castilla, en Pedraza.

En la cerámica el tema o el hilo rojo de todo es lo español visto desde muchos puntos y asociaciones; por ejemplo,  las tulipaneras, con todos sus pitorros, pudieron venir de Flandes y aquí se adaptaron a la manera española.

Vista de la sala de la galería Machado-Muñoz con la colección de cerámicas de Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Vista de la sala de la galería Machado-Muñoz con la colección de cerámicas de Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

P. La colección de cerámica se ha realizado en Sevilla, ¿cómo fue el trabajo allí?

DESIRÉE MEJER. Me puse a reflexionar sobre una piña ornamental antigua que tenía yo, de esas que se pone en los remates. Esta piña es una cosa tan nuestra, la vemos en todos los sitios. Empecé a pensar por qué se pone la piña así, por qué no se pone al revés, comencé ya a sacar versiones. Entonces le llevé una piña de esas al alfarero y le dije hazme un molde que la quiero transformar en otras cosas. Y el alfarero ‘no, no’. Pero eso es igual en todas partes, aquí y en Pekín…

Luego me hago amiga de este alfarero, que la verdad es que es muy rápido y tiene un humor muy especial. Surge a través de conversaciones, todos tienen una historia, todo es como a través de anécdotas. Las piñas en vez de ponerlas de pie las ponemos acostadas como si fueran las perdices que cocinan los castellanos. ¡Yo qué sé!, cosas bastante locas. Tienen un toque de locura.

No es simplemente coge y haz una cosa bonita, sino que yo creo que se siente que tienen otra razón de ser. No es simplemente bueno voy a hacer un jarrón mono. Las cadenas hechas con un material que es quebradizo. Esa sensación de violencia, de esclavitud, de inquisición con un material tan frágil. Es como si te pones a hacer un collage y empiezas a meter ideas y luego es coherente en el conjunto. Tiene una coherencia, todo te recuerda a algo que ya has visto aunque no sepas qué es.

Piña madre, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Piña madre, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

P. Con lenguajes y formatos muy distintos, los dos proyectos están cargados de referencias.

Palmatoria, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

Palmatoria, por Von Pelt. Fotografía: Gonzalo Machado.

DESIRÉE MEJER. En España, que ha sido nuestra inspiración, hay una especie de recuerdo, conciencia colectiva, de cosas que tú recuerdas y te dicen cosas a ti nada más, a nuestra cultura. Un americano ve esto y dice qué bonita la piña esta pero no le recuerda a los mesones, nunca ha estado; no ha vivido en esas ideologías que hemos vivido nosotros, no tiene esas referencias culturales. Hacer una cosa así en España no es lo mismo que hacer esta exposición en Miami.

Pero a la vez el diseño tiene que ser fuerte. La referencia está muy bien, pero el producto en sí tiene que dar la talla, aunque tú no conozcas la referencia. La pieza tiene que ser lo suficientemente relevante y estéticamente lo suficientemente buena para que alguien que no tiene esa referencia le guste.

La historia es puramente anecdótica, es el camino que te lleva a realizar la pieza. Si lo haces demasiado literal es un pastiche, que yo creo que es una cosa en la que caen mucho el diseñador y el artista español. Muchas veces es demasiado literal todo y se convierten un poco en el jaja y eso. Los muebles que yo hago no son el jaja. La pieza formal tiene que ser fuerte.

Marta PÉREZ ASTIGARRAGA

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