Tres importantes exposiciones sobre este gran maestro de la pintura coinciden en Italia. Los Museos Capitolinos de Roma trazan una serie de miradas cruzadas entre Parmigianino, Barocci y Rafael. La Venaria Real de Turín se acerca a la personalidad del artista y recuerda a las personas que frecuentó y las ciudades en las que vivió a través de una selección de obras maestras del pintor de Urbino. Y, por último, el Palacio Real de Milán acoge 76 piezas de los fondos del Museo de Bellas Artes de Budapest, entre los que destacan 8 dibujos de Leonardo, Rembrandt, Carracci, Van Gogh o Schiele y 4 bocetos de bronce
El influjo de Rafael

Cabeza de mujer, de Federico Barocci, Florencia, Gabinetto Disegni e Stampe degli Uffizi. Arriba, Autorretrato de Rafael, Autoritratto, Florencia, Galleria degli Uffizi.
La exposición Rafael, Parmigianino, Barocci. Metáforas de la mirada (Museos Capitolinos de Roma, hasta el 10 de enero de 2016) traza un discurso expositivo cuyo eje es una visión de conjunto de los tres artistas a través de miradas cruzadas; por una parte la mirada de Girolamo Francesco Maria Mazzola, Il Parmigianino (Parma, 1503-Casalmaggiore, 1540) y Federico Barocci (Urbino, 1525-1612), hacia los autores antiguos, así como las relaciones de éstos con Rafael Sanzio (Urbino, 1483-Roma, 1520); la mirada de ambos pintores hacia Rafael y, por último, la mirada penetrante que dirigen al visitante los tres autorretratos del trío de artistas.
Comisariada por Marzia Faietti, directora del Gabinete de Dibujos y Estampas de los Uffizi, la exposición desvela un ulterior punto de vista al modelo que Rafael impuso e inspiró en las composiciones artísticas de Francesco Mazzola, apodado Parmigianino, y los de Federico Barocci, estos últimos algo más diferentes.
Según se confirma por los testimonios de los siglos XVI y XVII, estos dos últimos artistas, considerados ambos entre los mejores dibujantes de su época, tenían una gran dependencia de Rafael. La idea subyacente de esta muestra es mirar a Rafael con los ojos de Parmigianino o con los de Barocci, un punto que resuelve brillantemente la comisaría al confrontar muy acertadamente la obra gráfica del urbinés con la de Parmigianino y Barocci y el legado entre estos tres artistas que trabajaron en épocas y lugares diferentes.
Tanto Mazzola como Barocci se formaron en Roma, donde adquirieron un estilo personal: las figuras alargadas de Parmigianino o las de Barocci que, como explica Faietti, “no definía los perfiles ni los contornos y obligaba a que la mirada del espectador vagara alrededor de la figura”. Por otra pare, la ventana abierta hacia un paisaje fue una invención de Rafael que asumieron tanto Parmigianino como Barocci.
Para Parmigianino, la herencia espiritual recibida de Rafael se remonta, según una curiosa leyenda que se propagó por Roma tras la muerte prematura del pintor de Urbino, a que Rafael se habría reencarnado en el joven artista. En el caso de Barocci, esas similitud procedería del hecho de que compartieron el mismo lugar de nacimiento.
Aunque en realidad, más que de influencias hay que hablar de reelaboración de motivos iconográficos, seguimiento y diversificación de los modelos rafaelescos. En el caso de Parmigianino, el término «Raphael redivivus» se transforma en un «alter Raphael»; mientras, que en el caso de Barocci, éste supo amalgamar el legado rafaelesco en una síntesis de tradiciones culturales diferentes.
Rafael, Parmigianino y Barocci afrontaron su abundante producción gráfica con decidida experimentación e innovación y en este sentido la exposición muestra dibujos de la mano de los tres artistas, entre ellos el estudio para el Descendimiento Borghese de Rafael, los estudios para los frescos de la Basílica de la Steccata en Parma de Parmigianino y el estudio para el Descendimiento de Perusa de Barocci.
Como introducción a la galería expositiva, se exhibe una destacada selección de pinturas, como La Anunciación y el Reposo durante la huida a Egipto de Barocci, que se enlazan con los temas principales de la gráfica. En realidad, el diálogo ideal entre ellos lo ofrecen sus propios retratos: el extraordinario Autorretrato juvenil de Rafael –cuya mirada traspasa el lienzo–, el Autorretrato de mediana edad de Barocci y los dos autorretratos de Parmigianino, que ya por sí solos merecen la visita.
La personalidad de Rafael

Busto de ángel (de la Pala Baronci), de Rafael, óeo sobre tabla, 1500-1501, Brescia, Pinacoteca Tosio Martinengo.
La segunda muestra, Rafael. El sol de las artes, podrá verse hasta el 24 de enero en la Venaria Real de Turín. Esta exposición es el resultado de los trabajos de investigación que ha llevado a cabo un comité científico presidido por Antonio Palucci, director de los Museos Vaticanos. El proyecto expositivo es un acercamiento a la genial personalidad del artista y, para ello, cuenta con un núcleo de famosas obras maestras de Rafael, que siguen su prodigiosa actividad y recuerda también a las personas que frecuentó, así como las ciudades donde vivió.

Santa Cecilia con san Pablo, Juan el Evangelista, Agustín y Magdalena, de Rafael, Bologna, Pinacoteca Nazionale.
Uno de los apartados de la muestra rememora sus años de formación entre Urbino y Cittá di Castello, hasta llegar a la primera madurez, entre Perusa, Siena y Florencia, por medio de una selección de trabajos de sus fundamentales maestros: el padre Giovanni Santi, Perugino, Pinturicchio y Luca Signorelli.
Inician el recorrido los tres bellísimos retratos de Rafael, Joven con manzana, Elisabetta Gonzaga Montefeltro y Retrato de mujer. La muda. El tema de la Virgen con el Niño está presente con la Madonna del Granduca de Sanzio, en la versión de la Madonna de Orléans de Gerolamo Giovenone, así como La visión de Ezequiel y El éxtasis de santa Cecilia, también del gran urbinés.
Otro apartado se centra en los grabados realizados de las obras de Rafael, firmados por Marcantonio Raimondi, Marco Dante da Ravenna, Agostino Veneziano y Ugo da Carpi. Inspirados en éstos, a partir de los inicios del Quinientos, proliferan una serie de objetos, desde la cerámica historiada, las láminas de metal, los esmates, los vidrios, las armaduras, hasta las tallas de madera, entre ellas la puerta entre la Estancia de Eliodoro y la Sala de Constantino del Vaticano.

Tapiz de La pesca milagrosa, según cartón de Rafael, Arazzo, h. 1516, Urbino, Galleria Nazionale delle Marche.
Sigue el Rafael modelo de estilos y de iconografías, tema al que que se refiere el título de la exposición, El Sol de las Artes, que está dedicado a las «artes aplicadas», traducidas en sus cartones y dibujos, así como en grabados derivados de su obra, que a lo largo de los siglos XVI y XVII sirvieron de vehículo divulgativo para el conocimiento de la creación figurativa del artista de Urbino.
Otra apartado de gran belleza y espectacularidad son los tapices. Los cartones le fueron encargados a Rafael por el papa León X para la Capilla Sixtina. Entre las piezas presentadas, referidas a la Pesca milagrosa, destaca la que pertenece a la serie conservada en la Santa Casa de Loreto, ya restaurada.
Y por si fuera poco, a partir del 17 de noviembre está prevista la llegada de la obra Busto de un ángel (Retablo Baronci) también de Rafael.
La belleza de un «museo ideal»

Virgen con el Niño y san juanito (Madonna Esterhazy), de Rafael, h.1508, témpera y óleo sobe tabla, 28,5×21,5 cm ©Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
De Rafael a Schiele. Obras maestras del Museo de Budapest en el Palacio Real de Mián (hasta el 7 de febrero) es la muestra con la que esta institución inaugura una nueva línea expositiva: mostrar otras colecciones museales menos conocidas de todo el mundo. Hay que destacar la Madonna Esterhazy, de Rafael, por la luminosa belleza.

Magadalena penitente, del Greco, h. 1576, óleo sobre lienzo, 156,5×121 cm ©Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
De los fondos del Museo de Bellas Artes de Budapest, que custodia un valioso núcleo de obras artísticas desde el Medioevo al siglo XX, se muestran 76 piezas en esta exposición milanesa y, entre éstas, 8 dibujos se irán alternando por exigencias de conservación con otros trabajos sobre papel, preparatorios de pinturas y esculturas de grandes artistas del pasado con un elenco del máximo respeto: Leonardo, Rembrandt, Parmigianino, Annibale Carracci, Van Gogh, Heintz y Schiele, a los que se unen 4 bocetos de bronce.

Retrato de pareja, de Anthonis van Dyck, h. 1618, óleo sobre lienzo, 112 x 131 cm © Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
Cabe recordar que el Museo de Budapest, al igual que el Palacio Real milanés, fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial y ulteriormente saqueado por las tropas nazis, y también señalar que su colección artística es la más amplia y conspicua del mundo, a partir del núcleo artístico reunido por el conde Nikolaus Esterhazy a comienzos del siglo XVII.

Giaele e Sisara, de Artemisia Gentileschi, 1620, óleo sobre lienzo, 86 x 125 cm © Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
La muestra, comisariada por Stefano Zuffi, ha reunido una esmerada selección de obras del más importante museo de la capital húngara y propone al visitante un viaje a la historia del arte desde el siglo XVI al XX a través de artistas como Rafael, Tintoretto, Durero, Velázquez, Rubens, Goya, Murillo, Canaletto, Manet, Cézanne, Gauguin y muchos otros, acompañados de extraordinarias obras, como la bellísima Salomé de Lukas Cranach el Viejo, la Magdalena Penitente del Greco, el Paisaje de Lorrain, la Pareja de esposos de Van Dyck, el Santiago de Tiépolo, Giaele e Sisara de Artemisia Gentileschi, las Sirenas de Rodin o los Tres barcos de Monet son capaces de provocar el «síndrome de Stendhal» debido a tanta excelencia acumulada.

Tres barcos de pesca, de Claude Monet, 1885, óleo sobre lienzo, 73 x 9 2,5 cm © Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
De hecho, el contenido brinda una lectura de la gran belleza del arte para ofrecer al público un museo «ideal» en el que admirar las maravillas que van desde el Quinientos, Seiscientos y Setecientos, pasando por el Barroco, el Simbolismo y el Expresionismo hasta alcanzar las Vanguardias.

Il Buffet, de Paul Cézanne, 1877-1879, óleo sobre lienzo, 65,5 x 81 cm © Museum of Fine Arts, Budapest 2015.
Carmen del VANDO BLANCO
3 Replies to “Tres visiones de Rafael para tres ciudades”