La exposición El fin de la oscuridad y lo diverso.Prácticas en torno a la representación se despliega ante el espectador como un universo creativo dispar, pero emergente, decisivo, y sobre todo en ebullición, de la mano de trece jóvenes artistas que representan lo más embrionario del panorama del arte en el presente
Hasta el 12 de septiembre en la Sala Amadis (c/ Ortega y Gasset, 71) de INJUVE este discurso expositivo muestra las investigaciones plásticas que comienzan a ocupar el trabajo de las nuevas generaciones de creadores. Son trece graduados en Bellas Artes del Centro de Estudios Superiores Felipe II, que tras una previa selección en el 2014 por un comité de críticos y expertos, han desarrollado a lo largo de un año este proyecto en el Espacio Intermediae de Matadero.
Los planteamientos son tanto diferentes como los individuos que los recogen en sus piezas. Lo que sí queda claro a bote de pronto es que todos han mirado a la actualidad: recrean e inventan imágenes en las que cuestionan y reflexionan sobre la violencia, la individualidad solitaria y la que conforma la masa social, el respeto por la naturaleza, la presencia, las culturas primitivas versus la contemporaneidad, la vigilancia, pero ante todo lo oculto y lo misterioso, como los conceptos que permiten la comunicación y la relación entre todas las obras. Así lo atesora la comisaria de la exposición María Jesús Abad Tejerina «Los términos ‘espionaje’, ‘inteligencia’ e ‘información’ hacen pensar en lo oculto y proponen un reto: desentrañar las sombras para hacer de los datos secretos un motor capaz de transformar la existencia. Artistas plásticos y espías trabajan de forma similar».
- Detalle de dibujo perteneciente a la instalación «La Colmena», 2015, de Maria Chaves. Grafito sobre papel.
- «Marché de gros, Batoire.2015», de Milad Nouiouat. Instalación que incluye dibujos sobre papel de fax y fotografía.
- «Sin título», 2015, de Juan Jurado. Collage de fotografía en tres dimensiones sobre papel.
- Serie «Cimas», 2015, de Irene Martín de la Llave.
- Fragmento de la serie «Saudades», 2015, de Rosario Rodríguez.Lana, papel manila y pintura acrílica sobre lienzo.
- «Ungültig», 2015.Pasaporte en urna de metacrilato, óleo sobre lienzo, impresión sobre papel, televisión y planero con archivos.
Como si de un juego de detectives se tratase, los trece jóvenes han profundizado en un asunto hasta llegar al quid de la cuestión que les interesa con el objetivo de traducirlo en lo que podría ser una analogía con el lenguaje criptográfico, sólo que en esta ocasión se trata de códigos estéticos y plásticos que construyen un asunto poético. El juego para descifrarlo no es menos intenso, a la visión personal del artista sobre un resquicio de realidad se suma la interpretación personal de cada espectador que contempla el mensaje visual. Por lo tanto, la objetividad es sustituida por varias subjetividades que barajan matices diferentes sobre un mismo hecho sugerido.

En portada «Sin título» de la serie viaje al oeste de Sara Torrijos. Sobre estas líneas Instalación «Untitled Folder», de Marta Abril.
Si entramos en casos particulares, el de Cirpian Burete (Rumanía,1991) recupera un sello de un antiguo pasaporte rumano de los años 90 en el contexto del totalitarismo comunista, que le sirve de nexo para referirse a la memoria colectiva y a la individual. Él no guarda vivos recuerdos de esos trámites de antaño, pero sus padres sí, y como ellos, muchos otros rumanos, en los que estos aspectos cotidianos están intrínsecos en los memoriales de sus vidas.
Otra vuelta a sus orígenes fue la que emprendió Milad Nouiouat (Argel, 1990) con la que ha formulado el proyecto que ahora expone. Su fijación está en analizar aquellos detalles imperceptibles en un paisaje actual, en una imagen que tomamos de una ciudad, pueblo o barrio, y que sin embargo son los que nos dan las claves de la idiosincrasia de la historia y la cultura de ese país. Basándose en una fotografía de google maps, amplia la imagen a lo largo de varios folios hasta retratar en escala el último rincón desapercibido en ese paisaje.
El dibujo es una constante en otras de las obras que constituyen esta muestra. Para Sara Torrijos y Carmen Úbeda, su trazo minucioso crea identidades que reflexionan sobre cuestiones culturales, de costumbres, tradiciones, del folklore e inclusive mitologías, camufladas en una apariencia irreal y fantasiosa.
- «Entre la nube y la resistencia», 2015.Fotografía digital sobre papel de algodón.
- «Sin título 1»,2015 de Carmen Úbeda.Tinta sobre papel.
- «Instalación 2», 2015
- «Sin título 2», 2015.Madera, anzuelo de pesca e hilo de nylon.
La diversidad como característica que entronca la exposición reúne además de los recién nombrados, una instalación de María Chaves; en la que el mismo espectador debe hacer uso de una linterna para descubrir los dibujos perdidos en una inmensa extensión blanca que camufla el trazo suave, casi invisible que contornea las figuras.
Juan Jurado y Marta Abril dedican su espacio expositivo a la naturaleza y con ello se refieren también aquello que construye el paisaje urbano. Su técnica, el montaje fotográfico. Y no con el fin de sacar conclusiones certeras si no para despertar sentimientos a aquél que lo observa. Por último, Irene Martín de la LLave, Álvaro Quintana, Rosario Rodríguez, y Manuel Ruiz, representan cosmos aislados, muy particulares cada uno en un discurso personal y único, pero que como el resto no reflejan evidencia, si no interrogantes para atraparnos con sus piezas y hacer que nos preguntamos si el mensaje que creemos descifrado corresponde al encriptado.
Sara VALVERDE