Tras las cinco intensas jornadas de feria, ARCO ha cerrado sus puertas con la visita del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Como balance final sobresale la presencia de compradores chinos y la cifra superada de 100.000 visitantes, de los cuales 27.280 han sido coleccionistas y profesionales del mundo del arte
ARCO finaliza su trigésima cuarta edición con un balance más que positivo, el pronóstico que se barajaba antes de que comenzase la feria definitivamente se ha cumplido: el mercado del arte se ha estabilizado.Entre los datos más significativos, la vuelta del coleccionismo español tanto privado como corporativo e institucional, con compras firmadas por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Asociación 9915, DKV Seguros, Iberdrola o IFEMA para la Fundación ARCO. Ésta última ha elegido entre las nueve obras preseleccionadas, la pieza Conservación III del artista Carlos Bunga, 2015 (Galería Elba Benítez), para añadirla a la colección.
La Fundación ARCO se creo en 1987 con la intención de incentivar e impulsar el mercado del arte contemporáneo. Desde entonces la institución no ha dejado de perseguir sus objetivos; hoy en día cuenta con cerca de trescientas obras, sobre todo de los setenta, ochenta y noventa, cuyos precios en este momento se han elevado de forma exponencial. Desde hace menos de un año se puede disfrutar de las obras expuestas, con un discurso expositivo comisariado por Estrella De Diego, en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles.
Sin embargo, otro de los aspectos que da la cara en ARCO son las obras que saltan a la fama por haber sido aquellas a las que numerosos visitantes han calificado como de «escándolo» o «tomadura de pelo». Este ha sido el caso del ya popular Vaso de agua medio lleno del artista cubano Wilfredo Prieto, en la galería Nogueras Blanchard, con un precio de 20.000 euros. Otro de los nombres muy sonados estos días ha sido el de la salmantina Bene Beugado por sus chocantes obras en Espacio Mínimo o el de Secundino Hernández, uno de los creadores más reclamados por los coleccionistas chinos.
Aún así, siempre queda otro recuerdo de la feria relacionado con una obra o artista que nos haya llamado la atención. Entre algunos de los que así han sido para los organismos públicos, destacar el trabajo de la mexicana Mariana Castillo Deball, cuya pieza Falschgesichter (máscaras) ha recibido el premio ARCO de la Comunidad de Madrid para artistas jóvenes. Y lo que menos sorprende es que haya sido ella la elegida, ya que tras su galardón en 2013 en la Galería Nacional de Alemania, su trabajo se expone nada menos que en el histórico pabellón del Hamburguer Bahnhof, la sala más famosa del Museo de Arte Contemporáneo de Berlín. Por ello, sus obras son una apuesta segura para la galería con la que trabaja, Wien Lukatsch, que además de estas máscaras, que imitan las líneas de unos rostros arqueológicos africanos, han traído una fantástica instalación, Mémoire Interpole (2010), en la que se reinterpreta la geografía y la cultura indígena de Guatemala.
El año que viene la Feria será seguramente aún más la fiesta del arte contemporáneo, ya que tras años de esfuerzos se alejan de las bodas de plata y se acercan a las de oro. La trigésimo quinta edición es una cifra redonda que no piensa pasar por alto el equipo directivo de ARCO; ya han anunciado las fechas, del 24 al 28 de febrero, y suponemos que a partir de mañana se empezará de nuevo con los preparativos para que dentro de un año todo esté a punto.