El museo del Prado expone por primera vez tras ser restaurado, tras su adquisición en 2011, el díptico con 42 dibujos de ciudades españolas, incluidos en un marco rematado en ojivas, que le encargó el embajador inglés en España, George Villiers (lord Clarendon), hacia 1835-39. La muestra podrá verse hasta el 6 de septiembre en la sala 60 del edificio de Villanueva
Genaro Pérez Villaamil (El Ferrol, 1807-Madrid, 1854), fue uno de los pintores paisajistas más destacados del romanticismo español. A su vuelta de Puerto Rico en 1833, donde había decorado el teatro Tapia, entabla relación en Sevilla con el pintor escocés David Roberts que se convirtió en su maestro e influenciará decisivamente en su carrera. En 1834 se traslada a Madrid y se integra en las tertulia romántica de El Parnasillo junto a José Espronceda o Ventura de la Vega. En 1845 obtiene la primera cátedra de paisaje en España en la Real Academia de San Fernando.
El Museo del Prado adquirió en 2011, en Londres, este conjunto compuesto por 42 vistas monumentales de ciudades españolas, sobre todo de Toledo y Sevilla. El díptico fue un encargo del embajador inglés en España, George Villiers (lord Clarendon), que llegó a reunir la mayor colección de obras de Pérez Villaamil. Fue realizado entre 1835 y 1839, tanto por su concepción como por el carácter, es único, ya que lo pintó en óleo sobre soportes de hojalata y fueron organizadas por el propio artista en un díptico de hojas simétricas rematadas en arquivoltas ojivales sobre columnas.
Este trabajo muestra la destreza del pintor en el trabajo «directo al óleo con el pincel sobre la hojalata, con una superposición de capas muy diluidas de pintura y un toque final con pigmentos que resaltan los efectos de la luz sobre las ricas ornamentaciones mudéjares y góticas, los estilos que predominan en las vistas».
Junto a este díptico se exponen también algunos volúmenes de la España artística y monumental (1842-1850), un gran proyecto editorial del que fue director artístico, y para cuyas litografías realizó dibujos y acuarelas «muy relacionados en sus encuadres» con algunas de las obras del díptico, y dos pinturas del pintor escocés, y maestro, David Roberts, para que el visitante tenga una visión más completa del trabajo de Pérez Villaamil.
El conjunto ha tenido que ser restaurado antes de ser expuesto porque el envejecimiento del barniz original y la suciedad acumulada en la superficie habían desvirtuado completamente los valores cromáticos. También se ha tenido que corregir la ondulación de los remates ojivales.