El centro cultural de Boadilla de Rioseco presenta Una mirada romántica al paisaje, un recorrido por el paisaje de la comarca castellano-leonesa bajo la mirada del fotógrafo José Luis López Moral. La muestra se puede visitar desde el 9 de agosto hasta el 9 de septiembre
Este proyecto es otro de los muchos que han apoyado los 125 habitantes de Boadilla de Rioseco, que utilizan el arte como arma desde hace más de cuatro años para darse a conocer más allá de los límites de su región. Este año se ha apostado por captar la naturaleza en primavera mediante la herramienta digital del iphoneart, que permite múltiples posibilidades a la fotografía gracias a las aplicaciones del sistema iphone.
José Luis López Moral comenzó su trayectoria en la pintura, a través de la que expresaba sus particulares ensoñaciones. Posteriormente se inclinará por el grabado, participando en certámenes de renombre como Estampa, Feria Internacional del Grabado. Hacia 2004 se interesa por la fotografía con la que explorar nuevos tratamientos.
Como en otros proyectos, el artista vuelve a inclinarse en este proyecto por la corriente del pictorialismo en la fotografía, rindiendo homenaje a algunos de los grandes artistas como Robert Demachy o José Ortiz Echagüe. En esta exposición destaca una simulación de la pintura romántica paisajista. López Moral hace hincapié en esta idea: “La intención de esta mirada romántica del territorio es buscar la esencia del paisaje romántico” .
Por otra parte, algunos de los vecinos de Boadilla de Rioseco encuentran en estas obras una evocación a su infancia “Reencontré nuevamente el paraíso de mi niñez recorriendo con López Moral parte del paisaje (…)”, apunta F. Javier Melero. Otros, como Conchita Melendez y Anna Adell, alaban la técnica digital que usa el fotógrafo como herramienta creativa, al igual que lo hace un pintor con el lienzo y la paleta: “Hacedor de paisajes, no los copia, los crea partiendo de una base real para convertirlos en rincones oníricos, en escenas literarias salidas de la pluma de un bardo (…)”, elogia Meléndez. “El manejo virtuoso de la técnica digital dinamita la frontera entre lo artesanal y lo tecnológico, entre la realidad y el simulacro” concluye Adell.