Una exposición en la gran aula de los Mercados Trajanos celebra su antigüedad con documentos, dibujos y reproducciones virtuales de las 2.500 figuras que cubren los 200 metros de friso que la envuelven, en la sede cercana del histórico monumento: la majestuosa columna espiral de mármol blanco, bordada de bajorrelieves que narran las vicisitudes de la guerra emprendida por el emperador Trajano contra los Dacios (101-106 d.C.), los entonces habitantes de la actual Rumanía. Inaugurada en el año 113 d.C, para celebrar la conquista de Dacia, la extraordinaria obra mantiene intacta y reconfirma su poder narrativo, gracias al valor artístico desplegado en las 23 vueltas.
Una exposición no convencional, que a través de una serie de imágenes, palabras y sensaciones, consigue echar un puente entre el pasado y el presente por medio de contaminaciones culturales y últimas tecnologías.
El recorrido, centrado en dos instalaciones, una artística y otra multimedia, enriquecido por la Tabula Militaris Itineraria, involucra y transporta al visitante en la descripción de la Columna con diversas perspectivas, para concluirse con la vista del monumento original desde la parte alta de los Mercados Trajanos, una especie de centro comercial de la época.
Merece un párrafo la valiosa Tabula Militaris Itineraria, cedida por el coleccionista Gianni Brandozzi, un mapa de viaje compuesto por doce folios de casi 7 metros de largo. Se trata de la primera estampa en Italia de 1793, basada en la Tabula Picta o Tabula Peutingeriana, el antiguo itinerario, pintado a mediados del siglo IV en un rollo, que indica los caminos de todo el mundo conocido hasta entonces por los Romanos.
Mientras la atención hacia el arte contemporáneo se dirige a la instalación ‘Columna mutatio – Itineraria picta’ en la que, la artista rumana, Luminita Taranu, interpreta el multiforme friso, himno a la conquista de la tierra de sus antepasados, con creaciones espirales de papel pintado de blanco y negro, acompañadas de estampas digitales y de pinturas de bajorrelive.
Teconológicamente, la instalación multimedia ‘HyperColumna’, por su lado, soprende con los detalles de las 2.500 figuras que aparecen en los 200 metros celebrativos del precioso vestigio. Así el visitante podrá circular libremente por la historia, encontrar a los personajes, adentrarse en los lugares para descubrir directamente el ligamen entre realidades diferentes, desde la exhibición de los hallazgos a su significado, hasta el contexto de su procedencia.
Un homenaje a la Columna Trajana que estimula la curiosidad del público a ahondar en la descripción de sus escenas, cuyos vaciados de yeso del relieve completo se alinean en cuatro filas paralelas en el Museo de la Civilización Romana de la capital italiana, y son el resultado de las matrices realizadas entre 1861 y 1862, siguiendo la decisión de Napoleón III, por los matriceros vaticanos, puestos a disposición por el Papa Pío IX.
Anteriormente, en 1746, Giovan Battista Piranesi también se dejó tentar por los recuadros de la significativa Columna y extrajo otros vaciados. Cabe recordar que el apodado ‘venezian’ la escaló, colgándose a ésta durante meses enteros de donde bajaba sólo para dormir, (para nutrirse le arrojaban la comida) y gracias a su fuerza y habilidad sacó unos magistrales dibujos y grabados de las guerras del emperador Trajano contra Decebalo.
Y no se puede dejar de recordar que, algunos años después, entre la donación de vaciados de Anton Raphael Mengs a la Real Academia de San Fernando de Madrid, quedaban registrados, entre otros, “17 pedazos grandes de bajorrelieves” de la Columna Trajana y “88 vaciados de cabecitas en bajorrelieve”, pertenecientes casi todos al monumento romano, dotados de una gran capacidad didáctica para impulsar el promulgado Neoclasicismo.
Carmen DEL VANDO