Tras salir de España en 1904, el gran lienzo del maestro cretense vuelve al Museo del Prado para exponerse junto a las obras que el pintor realizó para la iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo. La muestra, que podrá visitarse hasta mediados de junio, será una de las protagonistas del próximo número de abril de Descubrir el Arte
A mediados de 1577, recién llegado a España, el Greco obtuvo los dos encargos más importantes de su carrera hasta la fecha: El Expolio para la catedral de Toledo y los tres retablos del monasterio de monjas cistercienses de Santo Domingo el Antiguo, uno de los cenobios más antiguos de la ciudad.
Para este último encargo, el Greco realizó para el altar mayor una poderosa estructura retablística cuyos lienzos se encuentran hoy dispersos, y se encargó asimismo de los dos altares laterales. La Asunción es la obra central del retablo, donde se representa la ascensión de María a los cielos auxiliada por un grupo de ángeles, La Virgen se sitúa sobre el creciente de luna, alzándose sobre la tumba abierta en torno a la cual se agrupan los apóstoles, revestidos de quietud y con gestos mesurados.
Fue esta seguramente la primera tela realizada por el Greco para el conjunto monástico y probablemente también en suelo español. Quizá por ello es la única de su producción en la que se incluye la fecha: 1577, el año en que llegó a España.
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Esta pintura, que pertenecía al convento de Santo Domingo el Antiguo en Toledo, despertó el interés del infante Sebastián Gabriel, quien encargó a Valeriano Salvatierra la adquisición de la obra. La compra se realizó con gran discreción, dado el alto valor de la pieza, por 14.000 reales el 13 de agosto de 1830. Para reemplazarla en el retablo, se encargó una copia a Luis Ferrant y Carlos Luis de Ribera, que costó 8.000 reales.
Posteriormente, en 1836, la colección del infante fue confiscada por el gobierno y posteriormente depositada en el recién creado Museo de la Trinidad. Tras recuperar sus bienes en 1859, Sebastián Gabriel llevó su colección consigo hasta su exilio en Pau, Francia. Tras la muerte del infante Sebastián Gabriel de Borbón en 1875, su colección de arte, incluida La Asunción del Greco, quedó en manos de su viuda, la infanta María Cristina de Borbón. A su fallecimiento en 1902, los herederos prestaron la pintura al Museo del Prado entre 1902 y 1904.
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En 1904, la obra fue adquirida por el marchante parisino Paul Durand-Ruel, con financiamiento de H. O. Havemeyer, gracias a la intermediación de la pintora estadounidense Mary Cassatt. Finalmente, en 1906, fue vendida al Art Institute de Chicago, donde permanece actualmente.
A partir del 18 de febrero y hasta el 15 de junio podrá visitarse en la exposición “El Greco. Santo Domingo el Antiguo”, patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado.