Khalil Rabah: las múltiples caras de la diáspora palestina

La Casa Árabe de Madrid se suma a Arco Año 35 con una propuesta que recoge tres trabajos emblemáticos del artista Khalil Rabah, nacido en Jerusalén: Museo Palestino de la Historia Natural y de la Humanidad, las Líneas Aéreas Palestinas y los óleos de la serie Exposición de Arte. Un recorrido que reflexiona sobre el desplazamiento, la identidad, la ausencia o la memoria. Hasta el 15 de mayo

Este centro cultural y expositivo se suma al programa Arco Año 35 (pinchar para ver el resto de museos y aquí para ver lo que ofrece la embajada de Colombia) con una selección de los trabajos del artista palestino Khalil Rabah en la muestra titulada Proyectos a escala. Como ha comentado Pedro Villena, director general de Casa Árabe, aunque en los casi diez años de andadura de este centro han mostrado las obras de artistas de Oriente Medio, el norte de África y la región del Golfo, esta es la primera vez que abren sus salas a un proyecto artístico que habla de Palestina «un país en proceso y un pueblo marcado por la diáspora, cuyo devenir ha afectado y sigue afectando a toda la región».

Khalil Rabah es uno de los artistas más relevantes del panorama artístico internacional. Nacido en Jerusalén en 1961, reside entre Nueva York, Beirut y Ramallah (Palestina), como muchos otros palestinos su vida es la de una persona errante, este dato es muy relevante para entender el carácter nómada de su creación artística.

En especial, una de las series que presenta ahora en la Casa Árabe, Museo Palestino de Historia Natural y de la Humanidad, creada en 2003, muestra una «institución» ligada estrechamente al estudio, la divulgación y la producción del arte y la cultura de Palestina pero que como su propio pueblo es una institución errante, que solo puede visitarse cuando lo acoge alguna institución como ahora lo hace la Casa Árabe.

Este museo está formado por distintas secciones como botánica, geología, paleontología o antropología, y es en estos temas donde «reverbera el eco de la historia misma de Palestina a través de asuntos como el desplazamiento, la identidad, la ausencia o la memoria».

El museo cambia según sea el espacio donde se expone. En esta ocasión presenta la sección de Botánica junto a la imagen institucional del propio museo y también las diferentes herramientas que utiliza para lograr su visibilidad, como las newsletters que anuncian sus actividades o elementos de merchadising. En una vitrina se muestra una serie de olivos, uno de los elementos recurrentes de Rabah, como una metáfora del desarraigo. Por otra parte, en una pared de la sala se encuentra el logotipo del museo, «haciendo alusión a su dinámica fragmentada y errante pero también a su carácter aglutinador» tanto de las distintas disciplinas como de la cultura palestina como elemento esencial del sentido nacional de un pueblo.

En otra de las salas Rabah ha reconstruido la oficina de las Líneas Aéreas de los Estados Unidos de Palestina, que el artista realizó en Beirut. Las maquetas, los relojes y los logotipos son los elementos que le sirven a Rabah para reflexionar sobre los anhelos de los palestinos y cómo se perpetúan en un presente imperecedero.

Por último, en la sala grande, se puede ver una serie de cuadros que conforman la serie Exposición de Arte. Los óleos hiperrealistas están realizados a partir de fotografías de presentaciones de exposiciones de arte palestino en diferentes lugares del mundo desde hace más de sesenta años. Este discurso expositivo busca generar en el espectador una serie de tensiones entre el archivo y la especificidad, la realidad y la ficción, el acervo vernáculo y el mundo glozalizado, una constante por otra parte en todo el trabajo de Rabah.